Fotógrafo Marcus Nilsson
¿Cómo decidiste convertirte en un fotógrafo de comida y qué implica esta profesión? ¿Cuáles son tus fotógrafos favoritos?
Nunca fue mi objetivo convertirme en un fotógrafo de comida, es algo que ocurrió por accidente.
Fui a una escuela culinaria cuando era adolescente , y trabajé como chef durante varios años antes de poner a prueba el interés que ya tenía desde hace tiempo por el arte. Dejé de cocinar y empecé a tomar una clase de arte en Nueva York, para pintar. Durante el primer semestre, tomé una clase de introducción a la fotografía en blanco y negro, y me enamoré de la fotografía. Al final de este semestre, cambié mi especialidad por la fotografía.
Coleccionaba libros de cocina cuando era chef (y lo sigo haciendo ahora), y siempre leía revistas de comida , pero nunca me gustaban las fotos. El resultado era muy pulcro y lindo, iluminación tenue de fondo, un mundo perfecto.
Fotografiaba retratos y bandas de punk, en las fotos podía hacer parecer comida pero era más como una forma de sugestión. Richard Ferreti, Director Creativo para la revista Gourmet (Condé Nast), conoció mi sitio web y vio algo en mi trabajo que le llamó la atención. Me contrató para fotografiar un artículo. Desde que esa revista se vende en los puestos de periódicos, tengo muchísimo trabajo. Mi fotografía era más real y natural, y en ese momento pienso que la fotografía dio un giro y se volvió más común tomar fotos de una manera más natural y relajada.
¿Cómo te diferencias de los demás fotógrafos de comida? ¿Nos podrías hablar sobre las influencias de tu trabajo, fotográficamente hablando, y sobre las influencias que podrían llegar de campos ajenos a la fotografía?
El cine es para mí una gran fuente de inspiración. Adoro la manera estacionaria de filmar de Jim Jarmuch y los lugares dónde decide filmar. Si Jarmuch realizara una película en la ciudad de México, seguro que aparecerían cantinas.
¿Cómo la ciudad en la que vives afecta tu trabajo y cómo fue tu experiencia de fotografiar comida mexicana y su atmósfera?
Para un Fotógrafo es genial vivir en Nueva York, porque hay mucho trabajo y eso me permite ser más selectivo en lo que me proponen. Me gusta mucho viajar y ser enviado a todo el mundo para cumplir con asignaciones laborales. Viajar me inspira y refresca mucho mi trabajo. Todo es tan nuevo y palpitante: la luz, los olores, los colores, los botes de basura. La ciudad de México es uno de mis lugares favoritos. ¡Estaré de vuelta, hay tantas cosas por fotografiar!
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